Según
IIlich la educación en la época de las décadas 60 y 70 se caracterizaba por dos
motivos, uno de ellos es que la educación era excesivamente cara y, el otro era
que estaba dirigida hacia el fracaso. Para argumentar este pensamiento, Illich
hace referencia al coste de la educación y sus escasos resultados. Sin embargo,
a él le parecía aún más grave que la educación estuviese dirigida solo a un
pequeño grupo, el grupo pudiente, puesto que la educación era autofinanciada.
Por tanto la población pobre no podía permitirse una educación digna, puesto
que nunca alcanzarían los estudios de los “ricos”, además Illich acusa de una
mala gestión pública por lo que cree más conveniente la desinstitucionalización
de los objetos educativos partiendo de la idea de que así se conseguía una
educación más formadora y menos costosa. La escuela, para Illich se entendía de
tres modos distintos: -Desde el punto de vista económico en el que la escuela
era un mero comercio encargado de crear las necesidades y los valores institucionalizados
con la intención de crear a los nuevos consumidores. -desde el punto de vista
político, la escuela se entendía como reflejo de la sociedad, haciendo una
metáfora entre educación y religión poniendo de manifiesto que: ”La escuela se
ha convertido en la religión universal del proletariado moderno, una religión
que hace promesas vanas de salvación para los pobres de la era tecnológica. El
estado ha adoptado esta religión y hace entrar a todos los ciudadanos en un
sistema escolar jerarquizado en el que cada etapa finaliza con un título que
recuerda a los rituales de iniciación y las promociones sacerdotales antiguas”.
Por
último, otro modo de verla es desde el punto de vista educativo, por el cual,
la escuela tiene un puesto inferior, casi inexistente dentro de la educación,
puesto que, la mayoría de lo aprendido es a través de vivencias al margen de la
institución de la escuela. A demás, la instrucción pública sólo se lleva a cabo
durante un periodo de la vida, cuando debería ser un proceso continuo. A
continuación, vamos a hablar de un punto en concreto de la obra de Iván Illich,
que es “El movimiento de desescolarización”. Este movimiento se inició a
mediados de los años 60, pero cobra su máximo protagonismo a principios de los
70 del siglo XX. Este concepto aparece por primera vez en su obra “La sociedad
desescolarizada”. En el no proponía la eliminación de las escuelas, sino crear
un nuevo modelo de educación.
Fue
en este momento cuando surgió una crítica radical que se dirigía no sólo a la
escuela, sino también a su contexto social, político y económico. Destaca el
movimiento desescolarizado, denominado así porque sus promotores propusieron
suprimir la escuela como estrategia para solucionar los problemas que
planteaban las sociedades industrializadas avanzadas. La escuela, como
institución descalificaba todo esfuerzo de renovación pedagógica y se trataría
de cambiar radicalmente las estructuras escolares institucionalizadas que han
servido de base para la educación y que han desembocado en la enseñanza formal,
con instituciones tales como las escuelas, los colegios, institutos, y las
universidades, en oposición a la educación natural y fortuita que proporcionan
la vida y la experiencia
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